sábado, 27 de abril de 2013

Panceta, el panda shaolin

Hubo una vez, hace ya mucho tiempo, un reino donde en los McDonald vendían hamburguesas de cemento con patatas de cartón. En ese lugar mágico, los pandas eran perseguidos y masacrados para fabricar con ellos productos de alta gama y lujosos (¡¡MALDITOS, DEJAD A LOS PUTOS PANDAS EN PAZ!! D:<). En un momento de nuestra historia, un panda se alzó contra esa opresión, y portando un anillo para pandizarlos a todos, se enfrentó a los gnomos malvados, aliados de las avestruces rojas, que los masacraban sin piedad.
Ese panda se llamaba, Panceta.

Un buen día, Panceta se decidió a invadir la capital de los gnomos (ya era hora -.-), de modo, que armó un escuadrón de élite compuesto por un dragoncito, una cebra montesa (si, una cebra montesa, ¿algún problema? ¬,¬), una señal de tráfico parlante adicta a tomar paracetamol y una ardilla alcohólica con problemas de alzheimer.

El día treinta y dos del tercer mes del cuarto año bisiesto del calendario lunar, la décimo octava guarnición de los gnomos malvados entró en combate con las tropas de Panceta, mientras el líder "Pandil", seguido por sus soldados de élite, se infiltraba en la base enemiga, una tienda de helados. 
Allí le entró hambre, y pidió amablemente que le sirvieran una tarrina de helado de vainilla con cookies. Se la tomó tranquilamente, pero a la hora de pagar, quisieron cobrarle 4,95 euros.
-¿4,95 euros? ¿De que está hecho el helado? ¿De pandas?
Y seguidamente empezó a repartir golpes de kung-fu, patadas de karate, y besitos y abrazos mortales a todos los gnomos y avestruces que allí había.
Panceta y su escuadra, se abrieron paso por la tienda de helados hasta llegar a la sala del jefe. Tiraron la puerta abajo de una patada voladora quincuagésima burst mode, y se vieron las caras con el jefe de tan despiadada organización. Un marsupial con bigote italiano.

Continuará...