lunes, 25 de febrero de 2013

Zahira Escarabajal (Relatos concurso 7)

No podía pensar en todo lo que había dejado atrás. No, no era capaz. La destrucción fue absoluta, no quedaba nada de la ciudad que ahora pudiera servir de refugio.
Ésa era la razón de mi huida. En ese momento, pensaba que escapaba de ellos, los que habían provocado que todo mi mundo se viniera abajo en apenas unas horas. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que eso no es cierto.
No intentaba alejarme de ellos, intentaba distanciarme de mí.
Pensé tan solo por un momento que distanciarme, que huir, sería una manera de olvidar, de borrar completamente aquellos recuerdos. Y es en la soledad, y en la más completa oscuridad cuando te das cuenta que la mente puede jugarte malas pasadas y hacerte revivir los peores momentos del pasado. Además de una manera tan nítida, clara y real que te estremece hasta el último poro de la piel.
En ese momento escapar era lo mejor, y ahora que estoy realmente solo me doy cuenta y estoy totalmente seguro que mi vida podía haber sido feliz, porque yo no necesitaba dejar atrás mi vida, necesitaba olvidarme de mí mismo. Y es en momentos como este en los que me pregunto cómo me puedo olvidar. Cómo liberarme de una carga tan pesada que me nubla la mente. Podría intentarlo y volver atrás, pero y si no lo consiguiera qué pasaría, qué sería de mi vida.
Por un momento pienso en tirar la toalla y dejar que las olas me arrastren mar adentro hasta hundirme por completo, pero si me acuerdo de ella consigo levantarme. Lo único que espero es que llegue a tiempo, porque todo está decidido, este será mi último intento.

Éste es el último de los relatos del concurso y viene de mano de Zahira Escarabajal.