*Esta reseña es un poco especial porque, y sin que sirva de precedente, hay dos fragmentos del libro.*
"Los dragones -dijo Saphira- no requieren poseer nada para ser felices. ¿De qué nos sirven las riquezas cuando nuestra piel es más gloriosa que cualquier tesoro escondido que pueda existir? No, tengo bastante con la amabilidad que habéis mostrado a Eragon."
"Eragon se quedó mirando los restos del arma, desanimado por la pérdida. […] Perder aquel arco era como perder a un viejo amigo en quien se podía confiar incluso en la peor situación.
Saphira olisqueó las dos piezas de madera que colgaban de sus manos.
- Parece que necesitas un nuevo lanzador de palitos -dijo."
Tras la batalla de Farthen Dûr, los vardenos deben explorar los túneles que dieron acceso a los úrgalos. Eragon, por su parte, tiene que recuperarse de las heridas sufridas en la batalla contra Durza, el Sombra. La muerte de Ajihad no hace sino empeorar la situación.
En Carvahall, Roran debe enfrentarse a lo que supone que su antigua vida haya quedado destrozada y, aún sin tener propiedades, a Sloan para conseguir la mano de Katrina.
Hay libros que, cada vez que los leo, me gustan más y éste es uno de ellos. He de reconocer que la primera vez que leí Eldest, me pareció -un peñazo- bastante pesado, pero puede que fuera porque era un poco joven (me lo leí con doce años, creo). Sin embargo, ahora, con más perspectiva, y tras haberme leído el petardo más grande del mundo (El Silmarillion, de J. R. R. Tolkien), creo que es una gran obra de la literatura juvenil.Eldest
Christopher Paolini
Ed. Roca
