domingo, 26 de agosto de 2012

Un día más (Certamen Entre Pulsaciones)

Hola, hoy os traigo un relato que he escrito para el Certamen Entre Pulsaciones, de Ylenia y Exclusive. Todavía os podéis apuntar, tenéis hasta el 19 de Septiembre, para más información, haced click aquí o aquí 

Bueno, aquí os presento...

Un día más

Un día más, en la fantástica ciudad de This City, situada en Estados Unidos, donde todo sucede siempre, nuestro protagonista se disponía a salir a realizar su trabajo. Como de costumbre, había recibido una llamada del alcalde advirtiéndole de un peligro del que debía proteger a los habitantes de la zona.

Ese día hubo suerte, no era el típico supervillano de todos los días, no. Un meteorito se dirigía a la Tierra y, qué casualidad, justamente iba a impactar en una de las pocas ciudades que contaba con un héroe para protegerla. Por suerte para todos, Heroman sabía qué hacer en esos casos y, justo antes del impacto, fue capaz de detener la caída del meteorito y mandarlo de vuelta al espacio.

Mientras solucionaba los problemas que se presentaban, como todo superhéroe, Heroman debía llevar una vida completamente normal en la que lo más importante era pasar desapercibido. Sin embargo, sí había una persona que conocía su verdadera identidad: su amiga de la infancia, Summer, quien, tras descubrir que el apocado John Williams y el protector de la ciudad eran la misma persona, se decidió, por fin, a ser su pareja.

Pero la tranquilidad no dura eternamente y, lo que parecía ser un día más de lucha contra el mal, se convirtió, con la llegada de un nuevo villano, Mr. Evil, en el inicio de una de las peores épocas en la historia de la pequeña ciudad.

Todo comenzó cuando se advirtió un extraño vehículo aparcado cerca del ayuntamiento, en pleno centro de This City. Como de costumbre, se advirtió a la única persona que se creía capaz de investigar lo sucedido.

Lo que no sabían es que, en esos momentos, John estaba en su casa, con Summer… y era el momento en que menos le apetecía ser molestado:

- ¿Otra vez te llaman? -dijo ella, molesta-.

- Sí, y tengo que acudir, es mi trabajo –respondió resignado-. No puedo evitarlo, debo hacerlo.

- Te esperaré aquí, no tardes mucho.

- Prefiero dedicarte a ti mi tiempo, no te preocupes –sonrió-.

Tras darle un beso como despedida, salió volando por la ventana, ya con su uniforme de trabajo, y se dirigió hacia el lugar de origen de la llamada.

Al llegar, se dio cuenta de que el vehículo no era tal, sino un arma. En su habitual trato con los villanos, había adquirido un inusual conocimiento de los distintos tipos de armas existentes y de sus variantes y, aunque nunca había visto nada igual, al instante la reconoció. Era una de las armas más potentes que jamás había visto, ¿quién sería el genio del mal que la había diseñado?

- Heroman, me alegro de verte, he oído hablar mucho de ti –la voz venía desde detrás del héroe, que se giró-. Me presento, soy Mr. Evil. No creo que me conozcas, acabo de empezar en el negocio –se rió-, pero, aún así, he conseguido lo que muchos han intentado en vano durante tanto tiempo… que caigas en mi trampa.

Tras decir esto, una red salió de la máquina, atrapando al héroe en el acto, lo que el villano aprovechó para activar el sistema de propulsión presente en su espalda y llevárselo lejos de allí, a su guarida.

- Bueno, Heroman, ahora tengo dos opciones: o bien te mato y después acabo con la ciudad o bien te dejo ver cómo termino con toda esa pobre gente antes de  volver aquí a por ti. Dime, ¿qué eliges? Ah, es verdad, que no puedes hablar, estás amordazado –se reía de tal manera que tuvo que sentarse en el suelo sujetándose las costillas-. Voy a hacer lo que me dé la gansa pienses lo que pienses… sí, he dicho “la gansa”, ¿algún problema? Veo que no, ya que no respondes –esta vez la risa le duró varios minutos-. Me voy, pórtate bien y, sobre todo, no te muevas –se marchó riéndose por el camino-.

Heroman no sabía qué hacer hasta que recordó que, como todo héroe que se precie, llevaba una navaja en la bota que, pese a ser minúscula, cortó la red en apenas unos segundos, dejándole libre para poder acabar con los controles del arma, que, evidentemente, estaban allí, bien a la vista y con un botón rojo gigante en el que ponía “off”.

Al ver que su maravillosa máquina no funcionaba, Mr. Evil volvió a su escondite justo cuando el héroe se disponía a escapar de allí y tuvieron una enorme pelea que, cómo no, acabó ganando nuestro héroe.

- ¿Por qué querías hacer daño a esta ciudad, malvado? –por supuesto, el bueno de John quería saberlo todo-. No creo que sea la culpable de lo que quiera que te llevara a ser como eres.

- No sabes nada de lo que me ocurrió ni de por qué estoy aquí. Tienes razón en una cosa, no tengo nada contra la ciudad, estoy aquí por ti, no por ella.

- No te conozco de nada, yo no puedo ser el culpable de tu desgracia –Heroman empezaba a asustarse-.

- Te estás equivocando otra vez, no busco venganza, quiero ayudarte.

- ¿Intentando matarme?

- Eso no lo iba a hacer, sólo quería destruir This City… habría sido bueno para ti.

- No te entiendo, aquí tengo mi vida: mi familia, mis amigos, mi trabajo… todo.

- Yo antes era como tú, un superhéroe querido por todos en una pequeña ciudad. Pero, entonces, un día normal, mi vida llegó a un punto en que me di cuenta de que todo se había volcado hacia mi condición de superhéroe y que mi vida privada había perdido todo su sentido. Incluso me di cuenta de que mi novia, a la que conocía desde siempre, estaba conmigo sólo porque le gustaba la idea de salir con un superhéroe –el recordar estos hechos iba entristeciendo al malvado-. Por suerte, no lo soporté más y se me fue la olla del todo –la risa que salió de los labios del villano evidenciaba su condición de demente-. Ahora soy feliz e intento ayudar a los que les va a pasar lo mismo que me ocurrió a mí.

Asustado, Heroman llevó rápidamente a Mr. Evil a un centro psiquiátrico penitenciario y volvió a casa, con Summer. Lo único que quería era olvidar todo lo ocurrido y volver a su vida normal. Durante unos días le funcionó y no se volvió a acordar del pobre loco, pero no es tan fácil olvidar tu propio futuro…

Unos días después de lo sucedido, John empezó a darse cuenta de cosas en las que nunca antes se había fijado, como en lo impaciente que se ponía el alcalde si tardaba más de unos segundos en responder al teléfono o como que Summer siempre tenía más ganas de pasar tiempo con él cuando volvía de hacer algún trabajo como superhéroe. Eso le hizo preguntarse si no sería cierto todo lo que Mr. Evil había dicho y decidió tomarse unos días de descanso para reflexionar.

Cuando le dijo a Summer lo que había pensado, ella se enfadó con él diciendo que era una irresponsabilidad dejar la ciudad desprotegida. Al ir a hablar con el alcalde, éste le amenazó diciendo que, si no cumplía su deber como superhéroe, perdería todos sus derechos como ciudadano y sería obligado a desvelar su identidad oculta a todo el mundo. Tras oír las opiniones de la gente sobre sus vacaciones, decidió ponerse en huelga indefinida hasta que se tomara en cuenta su opinión.

Eso no le sentó muy bien a la gente. Los periódicos se llenaron de artículos amenazadores, su teléfono recibía llamadas del alcalde a todas horas, él era el único tema del que se hablaba en televisión… Además, Summer se negaba a hablar con él y la ciudad pronto se convirtió en un caos absoluto en el que cada cual se dedicaba a hacer lo que quería. Los supervillanos no volvieron a aparecer, se daban cuenta de que poco podían hacer ya allí: el orden y la paz habían desaparecido de This City.

Muchas veces sintió John la tentación de volver a ser Heroman, pero se había propuesto no ceder hasta que se tuviera en cuenta que él también era una persona y, como tal, necesitaba descansar y disponer de tiempo libre de vez en cuando.

Pasaron los días y la situación fue a peor. Cada vez menos personas se atrevían a salir a la calle si no era en grupos y toda la ciudad se había convertido en territorio de bandas armadas. Las llamadas del alcalde eran cada vez más suplicantes, pero seguía sin querer dialogar.

Una noche, John recibió una llamada de Summer. Ella quería que él volviera a trabajar de superhéroe y le prometió volver al piso que ambos compartían antes de la pelea. Acabaron enfadándose más aún y él le echó en cara sus temores de que sólo estaban juntos por ser él quien era.

Parecía que nada podía ya ir peor en This City, pero aún no había llegado el momento en que la ciudad tocaría fondo. El poco orden que quedaba en la ciudad acabó cuando una de las bandas decidió acabar con el alcalde y proclamarse dueña de la ciudad. Al verse en peligro, éste llamó urgentemente a Heroman, prometiéndole que hablarían sobre sus exigencias, por lo que el superhéroe accedió a ir a ayudar a controlar la situación.

Al llegar allí, el alcalde estaba rodeado por cinco tipos armados hasta los dientes que no le permitían moverse lo más mínimo y que amenazaban con acabar con su vida.

- Antes de nada, quiero hablar de mis futuras condiciones de trabajo.

- Pero, Heroman, no creo que éste sea el mejor momento pa… -la voz del alcalde cesó de repente al recibir un golpe de uno de los miembros de la banda-.

- Callad los dos. Gracias a ti, Heroman, ahora conseguiremos dominar esta ciudad por completo –dijo el que parecía el cabecilla-, aunque también el señor alcalde ha tenido su mérito, eso no se le puede negar. Ahora estaos quietecitos, será todo mucho más rápido para los dos.

- Nunca acabaréis conmigo –tras decir esto, Heroman se giró y, rápidamente, dejó a uno de sus captores indefenso con un puñetazo en la tráquea-.

Tras acabar con la vida del caído rompiéndole el cuello, nuestro héroe cogió una de las pistolas del muerto y dejó a tres de sus compañeros completamente incapacitados para el combate y tan gravemente heridos que era casi imposible que sobrevivieran más de unos minutos.

El último que quedaba se lanzó a por el alcalde, pero Heroman fue más rápido. Corriendo, le agarró y ambos salieron volando por la ventana. Debido al peso extra, el superhéroe no era capaz de mantener la estabilidad en el vuelo y cayeron hacia el vacío. Por suerte, fue capaz de mantener un poco el vuelo para evitar morir estrellados.

El aterrizaje no favoreció para nada al volador, quien se encontró con el cañón de una pistola apuntándole directamente a la cabeza. Cerró los ojos, preparándose para lo que venía a continuación.

- ¿Listo para morir? –le preguntó cínicamente el pandillero-. Espero que sí, porque lo vas a hacer enseguida.

Disparó.

John creía que había muerto. Había oído el estallido, pero no sentía ningún dolor.

- ¿Por qué has hecho eso? Ya lo tenía –el asesino le gritaba a alguien-.

- Porque le amo. A él, no al ridículo disfraz que lleva. Y debe saberlo.

- Summer –susurró Heroman-.

Se oyó otro disparo y el héroe abrió los ojos de golpe. La vio a ella, pálida en medio de un charco de sangre. No pudo controlarse y, sin pensar, se dirigió hacia el hombre y le arrancó la cabeza de cuajo.

Seguidamente, se arrodilló al lado del cuerpo de la chica.

- Summer –gritó-. Summer, no.

- John –la voz de ella era ya muy débil-, no te preocupes por lo que ha pasado, no ha sido tu culpa. Yo he decidido dar mi vida por la tuya.

- ¿Por qué lo has hecho?

- Deberías saberlo: porque te amo –sonrió y su cara se quedó congelada en ese gesto al perder la vida.

Él depositó un último beso sobre sus labios y transportó sus restos hasta el lugar donde sabía que ella siempre había deseado estar. Un lugar que solo ellos conocían y donde nadie la encontraría jamás.

Al volver a This City, se dirigió directamente a hablar con el alcalde.

- Escúcheme bien, porque sólo lo diré una vez, señor. Le ayudaré a que la ciudad vuelva a su estado normal, pero, una vez esté hecho eso, me desapareceré de aquí para siempre, ¿trato hecho?

- Supongo que sí –contestó con resignación-. ¿Qué otra opción tengo? Vamos, pongámonos manos a la obra.

En unos días, colaborando, habían conseguido formar un pequeño cuerpo de policía que, poco a poco, iba logrando recuperar la paz en la ciudad. Cuando acabaron de poner todo en marcha, Heroman desapareció de la ciudad y no se le volvió a ver, pero se cree que un tal John Williams logró tomar un vuelo dirección Alaska antes de que el caos volviera a asolar This City debido a la pérdida de su protector.

Muchos años después, un viajero solitario se acercó a las ruinas de lo que parecía una ciudad y leyó allí una leyenda grabada en roca tiempo atrás: Bienvenidos a This City, ciudad orgullosamente a salvo de todo mal que pretenda entrar. Si la inscripción era cierta, ¿qué había ocurrido allí? La lucha parecía que había sido dura. No siempre se puede aguantar un día más.