"Cerró las alas y descendió hacia las olas arañando las crestas con las garras, mientras que el agua que levantaban al deslizarse brillaba bajo la luz del Sol. Eragon volvió a chillar de alegría, y entonces Saphira plegó las alas y se zambulló en el lago. La cabeza y el cuello de la dragona entraron limpiamente, como una lanza.
Un día, mientras está cazando, llega a manos de Eragon una piedra preciosa bastante extraña: está completamente hueca. Pero más extraño aún es lo que sucede unos días después, cuando la piedra se abre y sale de ella un pequeño dragoncito azul al que llama Saphira.

Si juntas amistad, fantasía, un granjero y una dragona; Eragon es lo que obtienes.
Eragon (El Legado I)
Christopher Paolini
Ed. Roca
¿Te has leído ya Legado, el último de Eragon?
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